Carmen Posadas sobre ´Juego de niños´
Me interesaba en esta novela tratar el tema de la maldad. Pero no la maldad de lo psicópatas, ni de locos como ocurre con frecuencia tanto en la literatura y el cine, sino la de los cuerdos que es tan inquietante. Y para hacerlo, me di cuenta que tenía que remitirme a la infancia porque, a pesar de que vivimos uno tiempos muy “Walt Disney” en los que se tiende a pensar que el niño es un ser adorable e inocente, basta recordar nuestra propia infancia para constatar que los niños son, lo que Freud llamaba “perversos polimorfos” , es decir, malvados de muy diversas formas. La historia comienza con una escritora de thrillers que está escribiendo una novela en la que se investiga la muerte de un niño. Poco a poco, Luisa, que así se llama la protagonista, comienza a darse cuenta que lo que está escribiendo tiene mucho que ver, no sólo con un episodio oscuro que tuvo lugar en su pasado, sino que, ese mismo episodio oscuro parece estarse repitiendo en la vida de su hija. ¿Existen en la vida las simetrías? ¿ Puede suceder que algo ocurrido en la infancia de alguien vuelva a repetirse en la de su propia hija como en un juego de espejos? Borges decía que “ a la vida le gustan las simetrías y los leves anacronismos” en cambio Shakespeare sostenía todo lo contrario: “La vida” dice él “es una historia contada por un loco llena de ruido y furia que no significa nada.” ¿Quién de los dos tiene razón? ¿Es posible que ambas cosas sean ciertas a pesar de ser ideas antagónicas? La novela juega con éstas y otras incógnitas pero también puede leerse en otra clave completamente distinta: Como una explicación del modo cómo ser escribe una novela paso a paso y cuales son las diferencias entre realidad y ficción. Novela de crímenes pues pero más allá de eso, una novela sobre los peligros de traspasar la siempre tenue frontera que separa la verdad de la mentira”.
Carmen Posadas